miércoles, 18 de abril de 2018

Los videojuegos no fabrican personas violentas.


Los videojuegos violentos no fabrican asesinos.
Diferentes estudios desvinculan esas crueles escenas con la agresividad.
Nuestras madres se preocupan siempre por las horas que echamos delante de un videojuego, pero más aun cuando nos dice que eso nos puede volver violentos.

Un nuevo estudio publicado por la Universidad de Queensland, en una situación poco esperada, ya que generalmente la percepción es  al contrario.
Cualquier conducta juvenil poco aceptable tiene una relación directa con los medios y contenidos que consume este sector.
La investigación se desarrolló de una forma peculiar, los sujetos de prueba de la Universidad , fueron divididos en diversos grupos, que se dedicaron a jugar por horas una serie de videojuegos violentos, no violentos y títulos casuales-sociales, con actividades más calmas y cotidianas. Posteriormente todos los grupos fueron sometidos a una prueba de proactividad social, encontrando que todos mostraron exactamente el mismo rango de respuesta en la prueba, sin señales de aislamiento ni lejanía en su comportamiento, sin importar el tipo de título jugado.

Cabezas cortadas, columnas vertebrales fracturadas, empalamientos, atropellos múltiples, cuerpos partidos en dos con sierras eléctricas, torturas hasta la muerte... La violencia que hoy se puede infligir desde un mando electrónico a personajes de ficción que se mueven en una pantalla no tiene límites. El universo de los videojuegos hace que los títulos más violentos tengan una crueldad digital vendida como ocio con imágenes cada vez más impactantes y reales conforme avanza la tecnología en esa industria.


El debate sobre la influencia que 

esas escenas violentas pueden   tener entre los jugadores no es 

un tema nuevo. Se arrastra 

desde mediados de la década 

los setenta del siglo pasado 

cuando salió al mercado el primer videojuego (Death Race) que apostaba de forma 

descarada por la violencia. El jugador podía matar a pequeños “gremlins”, que chillaban y 

lloraban cuando se les pasaba por encima con un coche. Un juego de niños –los gráficos eran en blanco y negro– si esas escenas del pasado se comparan con las cruentas y reales imágenes de los videojuegos actuales
Los primeros estudios sobre el tema fueron muy alarmistas.Era un mundo desconocido y pasó algo parecido, recuerdan ahora algunos expertos sobre el tema, con lo ocurrido con la música cuando muchos padres mostraban preocupación por el hecho de que sus hijos escucharan todo el día a grupos de punk o heavy metal. Cuatro décadas después las conclusiones de la mayoría de estudios realizados, con mucha más base de análisis, para comprobar si hay correlación entre actitudes agresivas y videojuegos violentos son también contundentes, pero en sentido contrario a las primeras investigaciones psicológicas sobre el tema. Matar de forma cruel a personajes que se mueven por una pantalla no convierte, sostienen los últimos estudios que llegan de diferentes universidades del mundo, a los jugadores en más agresivos en su vida real. Y mucho menos en potencial
es asesinos.


 El debate ha resurgido después de que Donald Trump relacionara días atrás los videojuegos violentos con la matanza de 17 estudiantes en el instituto Marjory Stoneman de Parkland (Florida) el pasado 14 de febrero. El presidente de Estados Unidos se reunió días después de esa tragedia con responsables de la industria de esos videojuegos violentos para informarles de que había llegado a la conclusión de que los videojuegos violentos tenían mucha parte de culpa de esa matan-za. Donald Trump justificó en ese encuentro su particular teoría en el hecho de que el autor de los 17 asesinatos, Nikolas Cruz, era un asiduo consumidor de ese producto. Una afirmación en la que el presidente de Estados Unidos obvió otros detalles del incidente, como la pasividad policial para investigar amenazas que ese joven, antiguo alumno del centro, había hecho con anterioridad a sus excompañeros o el hecho de que el asesino tuviese en su poder un rifle como los que se usan en el ejército.
El reciente encuentro entre Trump y responsables de la industria de los videojuegos violentos motivado por una matanza en una escuela recuerda a otra situación muy parecida vivida en 1999. Ese año hubo otro tiroteo en EE.UU. con 15 muertos en un instituto de Columbine (Colorado). La industria de ese ocio basado en la violencia a través de una pantalla fue también señalada, como acaba de hacer ahora el presidente estadounidense, como posible culpable de esos asesinatos tras saberse que los autores de la matanza eran unos devotos jugadores de Doom, videojuego muy violento creado en 1993.



3 comentarios:

  1. El que es violento no necesita un videojuego para serlo, es una excusa para, como los casos estadounidenses, apartar la mirada de que la verdadera causa de esa violento es tener armas como churros y así seguir enriqueciendo a las multinacionales armamentisticas. No conozco a nadie que sea violento por culpa de los videojuegos, ademas los estudios lo demuestran

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    1. Es verdad los estudios demuestran eso que los videojuegos no provoca que el niño sea violento, tiene usted razón muchas gracias ^^

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  2. Es cierto que la incitación a la violencia es un plus para que aparezca. Pero no hay necesidad, es en realidad como te lo tomes.

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